La otra vía de la superación personal

¿Alguna vez haz sentido que la meta que te impusiste no te dio tanta satisfacción como creías? No estás sola. ¿Por qué elegimos tan mal? y ¿Cómo podemos volverla una estrategia más valiosa para la vida?

La otra vía de la superación personal
Photo by Maksym Kaharlytskyi / Unsplash

Les cuento que en estos días me he dedicado a elaborar un nuevo proyecto. Es una idea que me ha obligado a salir de mi zona de confort y rutina. Han sido momentos de mucha exploración personal. Para serles sincera, me ha dado un poco de miedo.

Esa sensación me ha hecho preguntarme sobre el valor que le damos a lo establecido. A esa hábito de creer que las cosas son como son y no van a cambiar. Albert Einstein, el famoso físico alemán creía que si no puedes soñar, no puedes volar. Es cierto, sin imaginación es fácil caer en el pozo de la rutina, repetir esquemas, costumbres, creencias.

Por supuesto es más fácil sentarse a imaginar cuando no tienes que dedicarte a cuidar a tus hijos. Como revelan las últimas biografías dedicadas a su vida. Pero es innegable su capacidad para intuir lo que aún no existía. Sus ideas cambiaron el mundo.

Pero la imaginación no es un privilegio de unos cuantos. Todos tenemos esa capacidad. El problema es que arriesgarnos por lo nuevo nos hace sentir desprotegidos. No tenemos cómo protegernos de la tormenta de lo desconocido. Ya he perdido la cuenta de las veces en las que he preferido seguir el camino conocido, pensando que esa es la única manera de mejorar y crecer.

Para entender mejor porque la imaginación es más importante que el conocimiento voy a compartirles una historia de una amiga cercana. Ella dedicó seis años de su vida a hacer un doctorado.

Sentía que era lo mejor para su carrera. Lo había visto en su jefa, la persona que más admiraba. Sufrió durante todo el proceso. Debía esforzarse el doble para mantenerse con las entregas. Perdió oportunidades, amistades, amores. Lo sacrificó todo por ese título.

Cuando lo tuvo en sus manos pensó que su vida se había resuelto.

Obtuvo su trabajo soñado, mejoraron sus ingresos y todo parecía encaminarse. Sin embargo, la alegría le duró un corto tiempo. Sus nuevas funciones la alejaban de lo que de verdad le gustaba hacer. Era un rol más demandante, muy político, que le exigía no bajar la guardia nunca. Había luchado tanto para llegar hasta allí, y en lo único que pensaba era en dejarlo todo.

¿Quiere decir esto que buscar superarse es inútil? Por supuesto que no. El caso de mi amiga puede parecer aislado, pero es mucho más común de lo que creemos. Y no sólo en el aspecto profesional. Pasa en relaciones, aficiones, en nuestro estado físico. Finalmente obtuvimos lo que queríamos, y ahora no nos gusta.

Prisioneras del futuro

Como trabajadora social, he sido testigo como este mundo tan competitivo ha convertido a la “superación personal” en “tener éxito”.

En vez de motivar de forma sana nos colocamos una soga al cuello. Nuestro crítico interior busca todo el tiempo la perfección. Para algunas personas basta una mirada al espejo para estar inconforme. Para ellas superarse equivale a ser perfectas.

A veces hasta ocultamos lo que sentimos detrás de una careta de éxito. Mostramos logros extraordinarios todo el tiempo. Como si nuestra vida fuera un ascenso constante. “Cuando sea más delgada”,”Cuando me jubile”,”Cuando me gradué” suelen decir las personas prisioneras del éxito. Nunca están en el presente. Le ponen tanto peso a lo que va pasar, que cuando el momento llega, nunca será suficiente.

En algunas ocasiones este comportamiento viene desde niñas. Mientras crecemos muchas veces nos van encajonando en un “cuadrado perfecto”. Donde se nos corrigen todo el tiempo, por nuestro bien. Tratando de arreglar lo que ya es único y hermoso, para que sea perfecto. Es decir que cumpla los estándares de otros.

En vez de afirmar y fortalecer nuestro amor propio. No enseñan a ser como los demás quieren que seamos. He escuchado de personas de todo tipo las mismas justificaciones “quería ser querida”, “quería ser aceptada”, “quería ser admirada”.

No tiene sentido encasillarse en esas exigencias tontas que desgastan y hacen perder nuestra esencia de lo que somos, con nuestros defectos que nos hacen humanos y nos completan.

Lo importante es aprender aceptarse esta es la única forma de superación para la que no existe ningún pero. La aceptación es la cima más importante en nuestra vida pues nos ayuda a vivir mejor y ser más felices.

En el caso de mi amiga del doctorado ella tuvo que aceptar el desencanto. Decidió enfocarse en otras prioridades. Al separar el trabajo de su vida íntima se dio cuenta que podía manejar mejor la presión. Antes toda su conversación trataba sobre su trabajo. Ahora me contaba emocionada que planeaba dar una vuelta al mundo. Visitando a gente que había conocido por correo electrónico durante su doctorado.

Me la imagino tomando las riendas de su vida. El trabajo ya no definía su superación. Sino sus ganas de crecer como persona. Se imaginaba haciendo cosas diferentes. Ampliando sus horizontes. No sabía que iba ocurrir en esos viajes. Pero se enfrentaba a lo desconocido con una sonrisa.

Un abrazo,


Gracias por llegar hasta aquí. Si quieres continuar explorando más los temas que tocamos en esta clase/columna, aquí te dejo algunas recomendaciones que te pueden interesar. No olvides suscribirte para el próximo sentimiento: el sacrificio

👁 Para mirar

Michio Kaku, uno de los divulgadores científicos más importantes del mundo, explica sobre la influencia de Albert Einstein en nuestras vidas. Un alimento para la imaginación, para ampliar nuestra forma de ver el mundo.

“Tenemos una poderosa imaginación”. Esta pequeña charla de Ken Robinson me encantó. Como profesora, siento que es algo muy valioso, para empoderarnos entender que la “imaginación es una función de la inteligencia”.

📖 Para reflexionar

Una pieza de Rosa Montero sobre las diferencias entre el heroísmo femenino y masculino, para prepararnos reforza el tema anterior. “Las mujeres son capaces de entregar sus existencias enteras por el bien de otros, en la más completa oscuridad, sin fama, sin cámaras, sin recepciones en el Elíseo.”, reflexiona Montero y no le falta razón.

💭 Para sentir

Antes de perseguir la meta que todos persiguen, tómate un momento para tí. Recomiendo hacer una lista con todas las cosas que te gustaría conseguir. Pero no porque es tu trabajo, sino porque es algo que mejora tu vida.